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Iba a dar la vuelta al mundo, pero el amor la retuvo en Australia

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Fabiola González tiene 52 años y hace 27 que vive en Australia. Se instaló allí porque conoció al amor de su vida y eso la llevó a cambiar sus planes de viajar por el mundo. Ella y su esposo australiano son odontólogos, trabajan juntos y viven con sus dos hijos en Melbourne. Su manejo del inglés la ayudó a superar el desafío de validar su título profesional y de crecer laboralmente.

– ¿Qué fue lo que te llevó a decidir mudarte?

– Primero llegué por curiosidad, porque siempre aproveché toda oportunidad de viajar y de conocer. Viajé para una Working Holiday (visa que permite suplementar costo de vacaciones mediante períodos de empleo temporal o informal) con planes de dar la vuelta al mundo. Después regresaría a Tucumán para asentarme definitivamente por trabajo, familia y amigos. Pero todo eso cambió cuando conocí a quien sería mi esposo australiano, Nicolás.

– ¿Cómo fue la búsqueda laboral?  

– Fue progresiva, variando a medida que mis planes se iban modificando. Al llegar trabajé de asistente dental, lo que fue muy entretenido al principio pues aquí se trabaja con técnica de cuatro manos. Me permitió observar de muy cerca todos los tratamientos que el odontólogo hacía a sus pacientes. Después decidí tomar un examen en el Estado de South Australia y me convertí en Higienista Dental. Fue un nuevo escalón que me llevó a trabajar con mis propios pacientes, bajo la supervisión de un dentista. Mi Working Holiday continuaba. Cuando ya decidí establecerme permanentemente, continué con tres exámenes más para convertir mi título de odontología. Suena simple, pero fue uno de los más grandes desafíos de mi carrera. El examen final duró toda una semana y sólo el 3% lo pasó.

– ¿Encontraste colegas argentinos entonces?

– Hasta donde yo estaba informada, fui la primera odontóloga argentina que tomó ese examen. ¡Sentí mucha presión representando a toda la profesión argentina! Ahora ya hay otros odontólogos argentinos que pasaron ese examen y están trabajando aquí, pero son más jóvenes y de otras universidades y provincias. Haber tenido fluidez en inglés desde joven fue un factor determinante en mis logros, ¡sin olvidar sangre, sudor y lágrimas!

– ¿Qué aportó Tucumán a tu formación profesional y como persona?

– En lo profesional, mi título de odontóloga por la UNT, una excelente formación secundaria en la Escuela Normal y de Inglés en Aticana. En lo personal, Tucumán me dio la habilidad de ser flexible, de adaptarme a muchas situaciones, a relacionarme con comodidad a diferentes tipos de personas, a divertirme y reírme así con todos, a trabajar duro y no esquivar tareas que parecían monumentales, a arreglarme con poco, a disfrutar lo mucho, a valorar la familia y los buenos amigos. Leer completo

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